La historia de amor del MoMA con Almodóvar
En 1984, a sus 35 años, el director de cine Pedro Almodóvar, comparte muchos criterios vinculados con las profecías que el escritor británico George Orwell había planteado en la novela que signaba aquel año como apocalíptico y donde él había estrenado su película ¿Qué he hecho yo para merecer esto? con la cual viajó a Nueva York, invitado por el festival anual del MoMA, Nuevos Directores/Nuevos Filmes.
Hoy, 32 años más tarde, el parte institucional del Museo de Arte Moderno, MoMA, establece que “a través de su productora El Deseo, fundada en 1986 con su hermano Agustín, Almodóvar hizo algunas de las películas más influyentes en el mundo de los últimos 30 años (…). Sus filmes que desafían los géneros mezclan teatralidad, melodrama y humor para explorar los temas de la transgresión, el deseo y la identidad. Almodóvar ha construido un universo colorido habitado por personajes originales, identidades sexuales y de género fluidas y mujeres complejas y singulares”, determina Rajundra Roy, suerte de “curador” de la muestra fílmica retrospectiva.
“La historia de amor del MoMA con Pedro y sus arrebatadores filmes comenzó en 1984 (…), floreció en 2011, cuando el MoMa Film Benefit lo colocó de personaje de honor, y culminará en diciembre con la retrospectiva. Esperen carcajadas sonoras, lágrimas saladas y una conversación colorida con este singular cineasta internacional”, afirmó Roy, el representante de la institución anfitriona.
En medio de la conmemoración, que consagra los méritos estéticos de la obra del cineasta creador que ganó sendos Premios Oscar, el de mejor guión por “Hable con ella” (2003) y el de mejor director por “Todo sobre mi madre” (2000), además de consagrados éxitos de crítica y público, como “Mujeres al borde de un ataque de nervios, “Tacones lejanos” o “La piel que habito”; él agradeció el gesto que lo inmortaliza y consagra su leyenda: “Es un honor regresar al MoMA, donde comencé mi carrera en Estados Unidos hace más de 30 años. Siempre he sido feliz en el MoMA y es un sueño para mí que audiencias más jóvenes descubran mis primeras películas de esta manera”.
Añadió el artista que espera “estar a la altura de la ocasión” y que no puede imaginar “un sitio más prestigioso o más cercano a mí que el MoMa para el estreno de mi última película Julieta”.
No es la primera vez que “Julieta” será vista en Estados Unidos. En mayo, Almodóvar la presentó en el Festival de Cine de Nueva York, en tanto candidata a mejor película extranjera. Y fue en ese marco donde Almodóvar, al igual que otros colegas y paisanos suyos, como Antonio Banderas, se apuntaron en el “payroll” de los perdedores, al pronosticar el triunfo de la excandidata presidencia Hillary Clinton. El realizador dijo: “Sí, absolutamente. Se trata de alguien muy fuerte. Es la primera mujer Almodóvar que puedo imaginar en este país (…). La verdad que estoy muy sorprendido. Hace diez o quince años nunca pensé que ahora estaría rezando para que ella (Clinton) ganara unos comicios”, señaló. “Estamos muy preocupados en España por las elecciones de los EE UU y sus resultados”.
“Julieta” la protagonizan Adriana Ugarte y Emma Suárez, cinta que cuenta con tres nominaciones en los XIX Premios European Film Academy (EFA), que se entregarán el 10 de diciembre en Wroclaw (Polonia).
Alice Munro, magistral artífice de las historias breves, pero tan profundas como los lagos de su natal Canadá, ha inspirado al genio manchego para que realizara su más profunda “mise en scene” sobre la condición femenina. Una deslumbrante narración fílmica, donde la esencia de las “chicas almodovarianas” queda sintetizada de manera ontológica.
“Julieta” es sobre la depresión de la ausencia, lo que cuenta Julieta Arcos en búsqueda de su hija Antía Feijoo plena los sentidos de amor en todas sus dimensiones (de Fromm a Ovidio, pasando por Roland Barthes y Michel Foucault hasta llegar al bolero tropical). Amores cotidianos, pero igualmente mucho más esenciales. Podríamos suspirar evocando la sustancia de Guillermo Cabrera Infante al hablar de cine hispanoamericano y decir que se trata de una tragicomedia que convierte en arte la esencia melodramática de las “soap óperas” más clásicas.
“Tu ausencia llena mi vida por completo y la destruye”, musita una grandiosa Emma Suárez, quien junto con Adriana Ugarte instala el corazón de las Julietas en el contexto de un espectador que no dejará de asombrarse ante las sutilezas de la cinematografía del maestro director. Guiños al arte de Lucian Freud, a la agencia fotográfica Magnum, así como al extraordinario escultor Miguel Navarro subyacen en cada cuadro, aprehendido entre Madrid, Sevilla, las Rías Altas, la Sierra de Huelva y el Pirineo Aragonés..Vaya joyita, que incluye temas de Ryuichi Sakamoto…
Críticos de cine venezolanos, como Sergio Monsalve, siquitrillan a Almodóvar y su última factura: “Complace a una audiencia educada en la cultura del desgarro y el despecho folletinesco. Involuntariamente sirve de pantalla telenovelera para ocultar el paro, la crisis, la recesión económica, las brechas sociales, los desvaríos populistas de los partidos al asalto del poder. De regreso a una burbuja franquista, dominada por una oferta de golpe de pecho, frivolidad estilizada y asuntos del corazón…”.
La mirada mordaz de la cineasta Sorella Requinta, enfoca: “El amor’ de Marguerite Duras y ‘La tragedia griega’ de Albin Lesky son dos de las lecturas de Julieta. Ese es un rasgo importante en la filmografía de Almodóvar: la inserción de sus elementos de estilo personal, esa combinatoria de frivolidad y esencia cultural que tiende a seducir a los consumidores de eso que los españoles llaman “cultura progre”.
En todo caso, la saga “Almodovariana” continuará, indetenible, con esa estética del corazón pintarrajeado y perverso que jamás dejará de vender películas. Cineastas criollos como Jacobo Penzo, Rafael Araujo, Carlos Caridad, Michael Labarca, Patricia Ortega o Michael Labarca, hacen una cálida reverencia al maestro manchego y, nobleza de estetas, instan a hacer lo mismo que hizo el MoMA, sólo que también se puede hacer en casa, sin necesidad de viajar a la Gran Manzana. Sólo basta con conectarse a internet, encontrar todas las veinte películas y ponerse a mirar. Ese es, según coincidieron, el mejor y único homenaje que se puede realizar a cualquier realizador, redundacias en ristre.