Como curar el resfriado de forma natural y sin medicamentos..
Nos toca resfriado y ya los antibióticos y otros medicamentos están haciendo poco efecto, en el caso que sea una cepa bacteríana, pero si es viral, mucho menos opciones tenemos más allá de guardar reposo y esperar que el cuerpo acabe con el virus, pero si queremos lograr una mejor recuperación podemos apelar a las formas naturales de apoyarnos en estas cuestiones, veamos:
Un antibiótico natural: el ajo
Aunque no sea lo mejor para el aliento, el ajo tiene muchas virtudes antibacterianas. Ya en el antiguo Egipto se utilizaba para el tratamiento de una veintena de enfermedad. Y es que contiene alicina, uno de los antibióticos naturales más potentes que se conocen.
Para potenciar los efectos de la alicina, el ajo debe ser fresco y al cocinarlo debe consumirse en el momento. Recomiendo dos soluciones simples:
1. Sopa con ajo fresco
Coge una patata, una cebolla y algunas hortalizas verdes, y añade entre 5 y 7 cabezas de ajo cortadas en láminas. Echa todo a una cacerola de agua hirviendo y mezcla una vez que las verduras estén tiernas. Salpimenta y la sopa estará lista (y deliciosa).
2. Ajo fresco consumido crudo
Si sois de los duros, es posible maximizar los efectos del ajo consumiéndolo directamente triturado. Aunque, claro está, es mejor acompañarlo de una ensalada. También en los bocadillos se puede añadir ajo cortado en trocitos, lo cual contribuirá a reforzar el organismo y el sistema inmune.
Infusión de tomillo para calmar la tos
Esta planta de origen mediterráneo ya se usaba en la Antigüedad por sus virtudes purificantes. El tomillo es un antiséptico natural que, además, tiene un aroma muy bueno.
Gracias a esta propiedad, esta planta reduce la inflamación de las vías respiratorias y calma la tos seca. Para aprovechar sus beneficios, se puede consumir de dos maneras:
Como tisana: deja infusionar una cucharilla de tomillo en una taza de agua hirviendo tapada durante 8 o 10 minutos. Fíltrala antes de tomártela. Para mejorar el efecto, añade una cucharada de miel. No hay que subestimar este remedio de abuela.
Inhalando aceite esencial de tomillo: como todo aceite esencial, concentra las virtudes de las plantas. Es bueno para descongestionar las vías nasales.
Cebolla para la congestión
El método puede parecer insólito, pero basta simplemente con cortar una cebolla en dos y ponérsela debajo de la nariz. Inspira durante varios minutos y notarás que la nariz se desatasca.
Mi abuela aconsejaba dejar una cebolla cortada en dos sobre la mesita de noche. Decía que eso ayudaba a respirar mejor durante el sueño… aunque el olor sea de lo más peculiar.
La miel alivia el dolor de garganta
Por sus propiedades antisépticas, la miel se emplea incluso en algunos hospitales como cataplasma. Esto se debe a que la miel contiene glucosa oxidasa, una enzima que producen las abejas de forma natural.
En una taza de agua caliente o hirviendo, mezcla tres cucharaditas de miel con un limón exprimido. Esta solución permite calmar la tos más irritante.
El propóleos: un antibacteriano natural
Otro producto que proviene de la colmena: el propóleos. Esta sustancia resinosa se crea para proteger a la colmena contra los numerosos ataques bacterianos.
Para potenciar sus efectos antiinfecciosos, yo la prefiero en extracto líquido. En una tisana, bastan un par de gotas para aprovechar sus beneficios.
Inhalación de eucalipto
Existen numerosas preparaciones a base de eucalipto debido a sus muchas virtudes medicinales, y no es raro encontrar medicamentos que lo contengan. Es antivírico, antiinflamatorio y antiinfeccioso. También puede llegar a bajar la fiebre.
Esta planta debe sus beneficios al cineol, uno de sus componentes naturales. Basta con echar tres gotas de aceite esencial de eucalipto en un bol de agua caliente o en un inhalador y respirar los vapores durante varios minutos. Repite la operación al menos tres veces al día.