Avalancha de bancarrotas en Europa parece inevitable
La crisis acaecida por la actual pandemia de COVID-19, a pesar de estar parcialmente controlada en comparación a meses anteriores, ha dejado una ola de estragos, tal y como había sido predicho por modelos matemáticos y estadísticos de diversas organizaciones a nivel mundial.
Según modelos estadísticos de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) la contracción económica mundial sería de hasta un 3%, sin embargo, posteriormente indicó que podría ser incluso mayor, llegando globalmente a 5,2%, pero para particularmente para el continente europeo pudiendo alcanzar al 4,7%, eso basado en la falta de estabilidad regional y global existente para el momento.
Panorama actual sin precedentes
Mucho más allá de las cifras predichas, el riesgo de un inminente colapso persiste, donde empresas con sólidas trayectorias se han visto en momentos críticos, llegando a niveles al borde de la banca rota.
Para mitigar la problemática, el gobierno de Alemania decidió subsidiar a las empresas, garantizando así su liquidez y por consiguiente mantener las fuentes de empleo existentes.
A finales de marzo también se tomó la medida de suspender la obligación de las empresas insolventes a declararse en quiebra, al menos hasta el mes de septiembre, siempre y cuando pueda comprobarse que la razón de cierre se basa en la pandemia. Medidas similares fueron tomadas por otros países de la Unión Europea.
Sin duda esta medida de emergencia ayuda a obtener una valiosa ventana de tiempo, lo que ha rendido frutos, actualmente el desempleo y las compañías declaradas en quiebra no han tenido aumentos exponenciales.
Para algunos, las medidas son solo paños calientes
Según cifras del Instituto de Investigación Económica en Halle, en Alemania las cifras son similares a las del año anterior para la misma fecha, cuando la crisis no se había presentado. No obstante, muchos expertos indican como estas medidas de rescate solo están postergando el aumento de las empresas declaradas en bancarrota.
Ludovic Subran de la aseguradora de crédito Euler Hermes, ubicada en París, ha pronosticado para el 2020 un aumento de empresas insolventes de hasta 19% con respecto al año anterior. Durante la crisis financiera mundial del año 2008 las empresas en quiebra alcanzaron el 32%, siendo acrecentada la situación por la falta de créditos. En este momento se puede afirmar que la UE ha aprendido la lección, viéndose reflejado en la inyección de liquidez de las medidas actuales.
Entre las empresas más vulnerables se cuentan las inmersas en sectores turísticos, transporte y sectores minoristas no alimentarios, siendo otro eslabón frágil de la cadena las medianas y pequeñas empresas, las cuales se estima emplean actualmente a más de 90 millones de personas. La federación de pequeñas empresas de Francia indica como solo en ese país el 30% de los negocios ha visto mermada sus ganancias en hasta un 80%, lo que significa un riesgo enorme, donde las de la mitad está altamente preocupadas por caer en quiebra.
Por otro lado, Francia, Alemania y los Países Bajos están ofreciendo medidas de rescate financiero a empresas de gran tamaño, las cuales en muchos casos resultan insignia de las naciones, tal como es el caso de las aerolíneas Air France, KML y Lufthansa.
En todo caso el panorama no presenta mejoría a corto plazo, pues la pandemia ha sido controlada, más no erradicada, por lo que existe latente el riesgo de una segunda oleada, poniendo en riesgo un número importante de vidas y a su vez, una situación que sigue atentando a la economía global. Habrá que esperar cual es el efecto de las medidas y cuál será su alcance a corto y mediano plazo.