Aquellos tres goles de Morace
Los logros de Carolina Morace a lo largo de su carrera son sencillamente asombrosos. Esta superestrella pionera del fútbol femenino italiano marcó 105 goles en 153 partidos con su selección. Fue igual de prolífica en el fútbol de clubes, distinguiéndose como la Capocannoniere (máxima artillera) de la liga italiana en 12 ocasiones. En total, vio puerta más de 500 veces en los más de 20 años que jugó al máximo nivel.
Morace fue también pionera en los banquillos, siendo la primera entrenadora de un equipo profesional masculino italiano, tras tomar las riendas del Viterbese en la tercera división italiana en 1999.
Además, escribió su nombre con letras de oro en los libros de historia de la Copa Mundial Femenina de la FIFA: marcó el primer triplete en esta competición en 1991.
Las Azzurre se enfrentaron a Chinese Taipei en la segunda jornada del Mundial de China 1991. Morace no perdió para ratificar su reputación de prolífica goleadora en la escena global: completó su hat trick en el ecuador del segundo periodo.
Curiosamente, Morace no conserva demasiados recuerdos del día en que inscribió su nombre en los libros de historia. Resulta más increíble aun saber que hace apenas unos años que se enteró de que aquel triplete había sido el primero de la historia.
“No tengo muchos recuerdos de ese campeonato”, confiesa Morace a FIFA.com. “Soy una persona que nunca lo celebraba demasiado cuando marcaba; no sé por qué. Por supuesto, la emoción estaba ahí, eso sí. Era joven y, cuando metes tres goles con tu selección, siempre hay emoción y te sientes orgullosa, y crees que has hecho algo extraordinario”.
“Sí que recuerdo que, como italianas, nos resultó muy difícil adaptarnos en China”, precisa. “Nos llevamos nuestra propia comida –queso parmesano, prosciutto, pasta– y, antes de cada partido, nuestro jefe de equipo cocinaba pasta para todas”.
Morace, ex seleccionadora de Italia y de Canadá, ha vivido los últimos años en Australia, donde gestiona su propia academia de entrenamiento, y sigue viajando a menudo a diversos lugares de todo el mundo en calidad de instructora de la FIFA.
Una tigresa en China
La letal veneciana recalca que la mayoría de las jugadoras no percibían la trascendencia de jugar aquel primer Mundial femenino. “En su momento no”, señala, al preguntarle si era consciente de la magnitud y el carácter rompedor de la cita inaugural. “Cuando eras una jugadora, en ese momento no te das cuenta de que eres una pionera ni de que estás haciendo historia. Así que todo parecía normal, y simplemente pensabas: ‘tengo que marcar porque soy la número 9 y ese es mi papel’. Solamente más tarde comprendes plenamente que has estado en el primer Mundial en la otra punta del mundo, y haciendo historia”.
“Pero dicho esto”, matiza, “cuando estábamos allí, la sensación era que se trataba de algo importante. La FIFA prestó mucha atención al campeonato ya entonces, y la organización fue buena. Además, tuvimos periodistas allí siguiendo a la selección”.
Morace, a la que sus compañeras llamaban La Tigre, («decían que mis ojos eran como los de un asesino cuando jugaba», explica), gozaba de popularidad en su país en aquel momento porque combinada su faceta de jugadora con su trabajo en la televisión italiana. Ahora recuerda que la cobertura de la Nazionale y de sus hazañas goleadoras fue, dentro de lo que cabe, bastante amplia durante el periodo que estuvieron en China.
“Los grandes periódicos nos siguieron –Corriere della Sera y La Gazzetta dello Sport–, reflejando incluso en la portada que estábamos jugando. Y por supuesto, mi nombre aparecía de forma destacada, porque era la goleadora”, detalla, antes de añadir: “Pero en esa época se prestaba poca atención en general al fútbol femenino, y si conseguías algún logro, a nadie le importaba. Era una época muy diferente en la sociedad”.
Fuente.FIFA